Pura Fernández Garcia (1921-1927)
Homenaje
a Pura Fernández
En
el cincuenta aniversario de Bellvitge
Si
insisten en que expliquen
porque le* amaba, siento que solo puedo contestar: “porque era
el*, porque era yo”
(*
Su gran amigo La Boetie)
Montaigne Ensayos
Se está
acabando este año 2015 en que
múltiples actividades nos han recordado los
cincuenta
años que cumple nuestro barrio.
Presiento
que ahora es el mejor momento para evocar a una mujer, Pura
Fernández, que, a mi parecer, fue símbolo de todas las mujeres que
llegaron aquí en los albores del barrio.
Eran
venidas de otras tierras de España, estaban poco familiarizadas con
los pupitres escolares pero sí con las dificultades económicas. Se
dedicaban a sus familias y estaban esperanzadas con el futuro,
ilusionadas con sus pisos nuevos y no dispuestas a aceptar las
precariedades del barrio que quería imponer la inmobiliaria.
Para hablar de Pura me referiré a lo que dije en el homenaje que se le hizo a su muerte en 1997, porque en aquella ocasión la espontaneidad me sugirió aspectos poco conocidos de ella por pertenecer a su círculo privado pero que aportaban más motivos para apreciar su personalidad.
Entonces vine a decir:
“Como
los que me han precedido se han referido ampliamente a su figura de
luchadora, ahora me gustaría hablar de otros aspectos de Pura.
Vivir dos años con ella fue un magisterio vital para mí. Compartí i sobre todo aprendí. Nuestra amistad nos hacia decir “¡Eres mi segunda hija!”, “¡Eres mi segunda madre!”. Ella me decía “Tú sabes mucho” a lo que yo contestaba “Pero tú tienes la gramática parda” Con ello quería decirle que su astucia, su viveza, su aprendizaje vital le daban cincuenta vueltas a todos los conocimientos de una pipiola por muy universitaria que fuera.
1- Otras
facetas de la luchadora
1.1-
El compromiso a todas-todas
Casualmente es como luchadora que primero la conocí…indirectamente:
En
Semana Santa del 69, fui unos días a casa de mis padres en Paris.
Allí vivía, por un tiempo, un chavalín, rubito, espabilado, que se
llamaba Felipillo.
Habían
detenido a su padre y a su madre a la salida de una reunión de
Comisiones Obreras, y a la espera del juicio, se habían tenido que
separar de él; quedando bajo la responsabilidad de su hija, Rosita,
el hijo mayor, Pepito, afectado por una minusvalía.
1.2- Luchadora y mordaz
Cuando vine a Bellvitge, en setiembre del mismo año, fue cuando contacté con ella y cuando empecé a tratar esa polifacética mujer.
Aquí
una anécdota que explicaba divertida: “Cuando vivía en la Bomba,
me reunía con un grupo del Movimiento Democrático de Mujeres. Entre
ellas, había Lidia Falcón. Está, un día planteó la necesidad de
reivindicar en España los productos congelados para permitir que las
mujeres salirieran a trabajar fuera de casa con más facilidad. Me
fui poniendo nerviosa y acabé diciendo:”Mira, Lidia, en la Bomba
no tenemos luz, ni nevera, con que vete al polo norte con los
puñeteros congelados”
1.3-
luchadora y crítica
Cuando
se ganó en Bellvitge “la lucha de la Torre” i se pasó a “la
del Bloque”, la unidad que nos había caracterizado se resquebrajó…
En su casa, las discusiones eran encendidas: “No podremos con el
bloque, porque bla, bla, bla” decía yo, “sí que podremos”
decía ella… ¡y se iba, de morros, a la “asamblea del porrón”!
Mencionaré algo que quizás no se conozca: su espíritu crítico respecto a la organización a la cual pertenecía, el PSUC.
En
1968, participó en un congreso internacional de mujeres en Moscú.
La
verdad es que volvió muy decepcionada. Decía que había sido
folklore, que mucha palabrería pero que no era lo que ella esperaba
y que no valía la pena jugarse el tipo para ello.
2- Su sentido de la justicia y de la solidaridad
Las reivindicaciones para ella eran justas o no, independientemente de su magnitud.
Le
daba la misma importancia a las manifestaciones por la torna del pan
o por el semáforo de la avenida de Europa que, en su momento, a la
lucha de la Torre.
Otro
hecho definitorio de Pura: Cuando se legalizaron el Partido Comunista
y el PSUC, otras organizaciones de izquierda no lo estuvieron y
empezaron a recoger firmas para conseguirlo. Los militantes de la ORT
se presentaron a un encuentro que celebraba el PSUC en un camping de
Castelldefelds. Recuerdo la bronca que tuvo la Pura (yo, en este
caso, a su lado) justificando que estuvieran allí y instando a que
todos firmaran.
Otro
ejemplo: Apareció por el barrio un chico del FR que era prófugo: se
había escapado de la mili. Pura lo recibió en su casa, lo tiñó y
consiguió, a dura penas, sacarlo de España. Menuda bronca le cayó
de “la Dirección”: “Era del FR, vaya problema para nosotros si
sale mal” respuesta de ella: “Que, ¿lo dejo tirado? ¡Imposible!”
Una
última historia: Había recogido en su chabola de la Bomba a una
amiga de su pueblo. El marido de esta, ex-alcalde comunista, había
estado en la cárcel. Durante su detención había aceptado los
paquetes que recibía sin preguntar de donde venían. Al salir le
giró la espalda…había un hijo de más en la casa. Pura hablaba de
ella como de una heroína…y de él como de un sinvergüenza por muy
comunista que fuera.
3- Sus prioridades: las cosas no son lo más importante
3.1- Las faenas de la casa
Una
de las frases que se tenían que
oír en las
concentraciones eran: “Tendrías que estar en tu casa fregando en
vez de aquí”. Sin inmutarse Pura contestaba: “Nadie friega en mi
casa si no yo. Pero ahora creo que tengo que estar aquí y estoy”
De
todas formas como ama de casa era bastante divertida:
- La comida: Las sartenes estaban encima del fuego antes que abriera la nevera. Pero durante mucho tiempo, en Bellvitge convivieron campos y bloques. Allí se compraba la verdura, si eran alcachofas, pues alcachofas. Si eran habas, festín asegurado: un cajón de habas, un trozo de bacalao y un porrón de vino.
- La limpieza era otra de las cosas que nadie le podía retraer. A mí me impresionaba su fregado semanal. Los sábados, después de que Pepito se duchara, el baño se baldeaba: cubo va y cubo viene, la fregona recogía el agua. Aquello quedaba impoluto rápidamente y muy higiénico.
- La plancha: intentaba comprar tejidos que no se tuvieran que planchar, y si no planchaba con el colchón, como ella decía, poniendo los pantalones debajo.
3.2-
Su sentido práctico y estético
A parte de disfrutar con una casa limpia, después de tantos años de barraca, Pura tenía un sentido innato de lo práctico y lo estético
Su piso era “de diseño funcional”, cuando todos los pisos de Bellvitge eran clones.
Por
ejemplo, la cama donde yo dormía, además, era sofá-banco a la
hora de las visitas, podía servir de mesa de centro cuando nos
juntábamos muchos y tenía debajo cajones para los juguetes de
Pepito.
Sus manualidades: En la cárcel a parte de aprender a leer también aprendió a hacer muñecas de ganchillo con lanas recuperadas, que vendía a una boutique de Gracia.
Con
esos mismos trozos de lana decoró su casa: mantel para la
mesa-camilla, cojines y alfombra.
Las flores y las plantas eran una de las pasiones de Pura, sus ventanas estaban repletas de geranios gitanilla
Cuando
tuvo, como toda “Bellvitjana” que se precie, el “terreno”,
se pasaba el día cavando, plantando.
Esa casa de muebles escasos i claros, de flores y plantas, de cojines mullidos y coloridos a juego con la alfombra, era terriblemente acogedora.
Lo
que se encuentra ahora en las casas de decoración más modernas,
allí estaba con 40 años de adelanto.
4-
Sus prioridades: las personas, la vida, los sueños
Insisto
en hablar de sus prioridades porque me parece que justamente era una
de las principales cualidades de Pura. Ella no quería renunciar a
ninguna de sus facetas pero sí que sabia priorizar. Para ella su
casa no era las paredes y los muebles, era la gente que había
dentro, le daba muchísima importancia.
4.1-
el cariño a su familia
- Sus hijos, por descontado:
Siempre
estuvo pendiente de que Pepito tuviera todo lo que podía necesitar,
a parte de sus cuidados (Lo saco de Sant Boi cuando vio que le podía
perjudicar) tenía sus juguetes, sus TBOs, era querido por todo el
vecindario
Se
peleo con Felipillo para que estudiara y después le dejo hacer su
vida a su criterio
Rosita
y sus hijos tuvieron siempre el apoyo de la abuela y la acogida del
“terreno” de Piera, donde pasaron los veranos de su infancia
- El amor a Felipe:
En
Bellvitge se habla del tándem Felipe-Pura. Estuvieron años
apoyándose uno a otro. Pura me contó una vivencia muy importante
para ella: Cuando Felipe estuvo en la cárcel, ella lo añoraba
mucho. Cuando sacaba la ropa para lavarla, no podía evitar, antes de
hacerlo, olerla para sentirse un poco más cerca del hombre que
quería.
4.2-
el cariño a los compañeros y los amigos
- Su casa estaba siempre llena de gente, cuando veía que la tertulia se alargaba, entraba en la cocina ponía dos sartenes sobre el fuego y después abría la nevera. Según lo que encontrara, había merienda…o palomitas! Repartir, siempre se repartía.
- Entonces se organizaban unas verbenas de Sant Joan, en el bloque de la Bomba donde vivíamos, portentosas. Felipe era electricista enchufaba un toca-discos a una farola, se sacaban mesas y sillas y todo el bloque disfrutaba aquella noche
- La amistad que me regaló Pura fue especial: Me presenté en su casa para ducharme el día después de las inundaciones (entonces yo vivía en la calle Ermita) Me dijo “quédate unos días mientras restablecen los suministros”…y me quede dos años…para marchar dos escaleras más allá!
- Llegó un momento en que Pura estaba muy cansada y nos hizo una propuesta:
Como
ella no podía seguir en la calle nos propuso que nos juntáramos los
de tres pisos en su casa para comer: 14 personas. Le pagábamos, para
ella eran unos ingresos y para nosotros tiempo para dedicar a la
lucha, y ella decía que, así, también luchaba.
4.3- el amor a la vida
Pura amaba la vida.
Reía fácilmente y con socarronería a menudo.
Pura amaba la vida.
Reía fácilmente y con socarronería a menudo.
Cantaba
haciendo la faena o limpiando escaleras (Mi repertorio mejoro al
acompañarla)
Felipe
y Pura eran carne y uña. Pero un día Felipe murió. Para ella fue
un golpe muy duro. Lo pasó muy mal…pero al cabo de un tiempo dijo:
“He vivido con Felipe, Hemos sido felices. He hecho todo lo que he
podido para él. Pero Felipe ha muerto y Pura está viva y Pura tiene
que seguir” Y Pura siguió. Y tuvo que sufrir muchas
incomprensiones. “Que esperan de mi? Que me inmole como una india
en la pirra de mi marido muerto” Y ella continuo haciendo lo que le
dictaba el corazón…y su gramática parda.
4.4-
Los sueños
Los
sueños de Pura eran los de muchos: La Libertad, la Justicia Social,
un futuro mejor para todos los hombres y las mujeres de todo el
planeta.
Tenía
los sueños utópicos de socialismo: Una sociedad más igualitaria,
cuyos bienes naturales y culturales estén en manos de los pueblos
.
Como
era tan sumamente pragmática, lo concretaba en pequeña escala: Su
escalera. Soñaba que los dos pisos de los bajos eran comunitarios.
En uno, se encontraban aparatos de uso poco frecuente: lavadora,
secadora, escalera, herramientas, juguetes, etc. El otro era un
espacio social: a veces comedor, a veces sitio para hacer labores,
sala de encuentro: para celebraciones familiares, cultos, charlas,
etc.
Creo
que la Pura se lo habría pasado bien con la movida de Bellvitge50,
No dudéis en que habría aportado ideas interesantes.
Este
ha sido el pequeño homenaje que le he querido dedicar, así como a
todas las Puras que he conocido y que conoceré.
Bellvitge,
l’Hospitalet, octubre 2015
Nelly
Peydró Llaneza
No hay comentarios:
Publicar un comentario